- Medir y administrar los procesos críticos para asegurar la obtención de resultados esperados.
- Monitorizar de arriba abajo la tecnología con el fin de integrar a usuarios finales y perspectivas de sistema, dando una imagen clara de la complejidad de la infraestructura que soportan las aplicaciones más importantes para el negocio.
Cuando los usuarios interactúan con las aplicaciones, sus acciones incluyen una serie de peticiones que interactúan con los componentes tecnológicos (firewalls, switches, routers, servidores, bases de datos,...) que generan respuestas que deben ser validadas y traducidas como tiempo de respuesta y disponibilidad.
Podemos identificar como una correcta monitorización del negocio la que:
- Se realiza desde múltiples localizaciones (dentro y fuera de los firewalls) obteniendo medidas de disponibilidad y rendimiento.
- Permite detectar problemas que pueden impactar a los usuarios antes de que éstos queden afectados.
La captura minuciosa de estos datos de forma repetitiva y consistente desde cualquier lugar de la red permite crear una línea base de funcionamiento y tener una visión clara del funcionamiento de las aplicaciones monitorizadas. De esta forma podremos alinear la organización IT con las prioridades de negocio.
Al fin y al cabo se trata de:
- Capturar de forma rápida la actividad en tiempo real de los usuarios, viendo donde se hizo el clic así como las páginas y los errores que percibo o no el usuario.
- Comprender el impacto que tienen en el negocio los incidentes en la disponibilidad del servicio
- Dar la prioridad adecuada para responder a los múltiples problemas en el orden correcto.
Todas estas prácticas darán valor al departamento de TI que proveerá al negocio:
- Una visualización en profundidad de los procesos empresariales.
- Un seguimiento y medida de las transacciones individuales conforme progresan a través de sus cauces de proceso.
- Convergencia entre los sistemas de bajo nivel y monitoreo en la red, y los procesos de negocio de alto nivel.
Por último, hay que proporcionar al negocio de una solución eficaz para reducir el número, duración y gravedad de las interrupciones del servicio. Para ello hay que realizar un análisis para manejar los problemas de manera integral, que podemos dividir en dos ramas:
- Análisis proactivo: proporciona una visibilidad avanzada en interrupciones en el servicio al mostrar problemas y automáticamente aislar sus las causas del mismo. Esta capacidad permite solucionar el problema antes de que se produzcan impactos en la empresa.
- Análisis reactivo: En el caso de que se produzca un incidente o problema, el análisis reactivo reduce el tiempo medio de reparación (MTTR).
(MTTR es el acrónimo de las palabras inglesas Medium Time To Repair, o tiempo medio hasta haber reparado la avería).
El mercado actual ofrece herramientas varias para conseguir este tipo de monitorización, pero lo más importante es hacer un análisis del negocio, las aplicaciones y los usuarios, desde un punto de vista de valor para poder medir cada uno de los mencionados de la forma correcta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario