Quizá por el hecho de trabajar en un sector relativamente joven, lo cierto es que las certificaciones de calidad en las TIC (ISO27000, ISO2000, etc.) no están tan "extendidas" como en otros sectores, sobre todo como en aquellos relacionados con la producción.
En la actualidad, desde las organizaciones competentes se está trabajando por impulsar la calidad en el ámbito TIC, así que en los próximos años se espera que aparezcan nuevas normas y que evolucionen las existentes.
Sin embargo, la realidad es que hoy en día son muy pocas las empresas que han conseguido este tipo de certificaciones. Las causas pueden ser muy diversas: puede que los clientes no las exijan, que las organizaciones crean que aportan muy poco al negocio, que el mundo de la certificación TIC no sea lo suficientemente maduro...
Más allá de la confianza que aporta que "alguien" independiente garantice que estás trabajando de forma adecuada y con los medios necesarios, muchas empresas se plantean implantar estas normas para conseguir "el sello", es decir, la certificación se ve como un hecho que les diferencia de sus competidores: en definitiva, una buena estrategia de marketing.
Llegados a este punto, es posible que poco a poco vayan cambiando las reglas de juego: lo que se inició como un intento de desmarcarse de la competencia, puede que con el tiempo, acabe convirtiéndose en un requisito imprescindible para operar en el sector, ya que nadie querrá quedarse atrás, y los clientes no confiarán en aquellos que no muestren orgullosos sus correspondientes certificados.
En la actualidad, desde las organizaciones competentes se está trabajando por impulsar la calidad en el ámbito TIC, así que en los próximos años se espera que aparezcan nuevas normas y que evolucionen las existentes.
Sin embargo, la realidad es que hoy en día son muy pocas las empresas que han conseguido este tipo de certificaciones. Las causas pueden ser muy diversas: puede que los clientes no las exijan, que las organizaciones crean que aportan muy poco al negocio, que el mundo de la certificación TIC no sea lo suficientemente maduro...
Más allá de la confianza que aporta que "alguien" independiente garantice que estás trabajando de forma adecuada y con los medios necesarios, muchas empresas se plantean implantar estas normas para conseguir "el sello", es decir, la certificación se ve como un hecho que les diferencia de sus competidores: en definitiva, una buena estrategia de marketing.
Llegados a este punto, es posible que poco a poco vayan cambiando las reglas de juego: lo que se inició como un intento de desmarcarse de la competencia, puede que con el tiempo, acabe convirtiéndose en un requisito imprescindible para operar en el sector, ya que nadie querrá quedarse atrás, y los clientes no confiarán en aquellos que no muestren orgullosos sus correspondientes certificados.
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