viernes, 13 de febrero de 2009

¿Aberración o sublimación de la lógica?


Tengo que confesar que cada vez que veo estos ejemplos de exámenes de matemáticas que circulan por internet, me rio muchísimo.

Seguramente, los sufridos profesores que día a día luchan sin descanso para transformar tanto despropósito en algo de conocimiento, no estarán en nada de acuerdo y quizá hasta les parezca inmoral, pero no por ello, se puede negar que la conciencia de la realidad, es decir, la percepción de la misma, siempre depende del punto de vista de quien la observa, la evalúa y en última instancia, la interpreta.

Sin llegar a este extremo, he de reconocer que tuve una experiencia similar en mis años de colegio cuando un buen día, decidí aplicar una propiedad matemática a un problema de lógica de conjuntos y lo bueno es que me pareció entonces ¡brillante! A nadie se le había ocurrido. El resultado fue obvio: "¡suspendida, claro!". Mi hermano, que todavía se ríe, me otorgó el merecido calificativo de "alogos" y se preguntó qué mecanismo de mi mente pudo construir semejante tontería -pero si fue precisamente eso: ¡la lógica!-.

Viendo estos ejemplos, ¿Podemos considerarlos entonces carentes de lógica? ¿De sentido común? Pues depende. Como siempre y como en otros casos, depende del contexto. En un contexto enmarcado en el conocimiento y en la razon, estos ejemplos son desde luego aberrantes y atentan contra los fundamentos de lo que somos. Fuera de éste, constituyen llamémosle "respuestas simples a realidades obvias".

Nosotros, que en el mundo de las TIC no concebimos otro contexto que no sea el del conocimiento: observación, análisis, evaluación, estructuración de la información, definición de procesos y procedimientos, etc. etc., damos por sentado que todo el mundo comparte y entiende nuestro discurso, por otra parte lógico y de sentido común, pero ¿Cómo perciben la realidad nuestros clientes? ¿Entienden de siglas? ¿Saben de procesos? ¿Qué es obvio para ellos?...

En el ámbito de la Lengua, se considera hablante culto aquel que sabe cambiar de registro en función del contexto y la situación. Utilizando este símil, me pregunto entonces si a menudo sabemos mudar de uno a otro con la habilidad necesaria como para entender cuáles son las realidades (y lógicas) de todos ellos, sus necesidades y sus requerimientos.

Cuando empiezo un nuevo proyecto con un nuevo cliente, no puedo evitar pensar siempre: ¿Y tú de quién eres?.

1 comentario:

Antonio Valle dijo...

Aaaay amiga mia!
No puedo más que estar de acuerdo contigo... de hecho, ya una vez un compañero escribió sobre el tema:

Sistemas Decisionales

Un Saludo!
Antonio