lunes, 17 de noviembre de 2014

El Plan de Gestión de Crisis, punto de partida de la continuidad de negocio

El último precedente acontecido de la crisis del Ébola y la deficiente gestión que los Estados del “primer mundo” afectados han hecho de la misma, ha provocado que muchas organizaciones hagan autocrítica y se planteen si realmente disponen de niveles de madurez  suficientes en materia de continuidad de negocio que les permitan gestionar cierto tipo de incidentes tan graves como inesperados. La actualidad habla del ébola, pero los expertos en continuidad de negocio hace tiempo que hablamos de la Pandemia como un escenario de riesgo al que las organizaciones deben enfrentarse, protegiendo en primer lugar la salud de sus empleados y en segundo lugar a sus procesos de negocio (indisponibilidad simultánea de empleados que ponga en peligro la operativa de la compañía).

A pesar de que el riesgo de un caso de ébola en España existe desde hace tiempo y era factible, ha quedado evidenciado que no se disponía ni de los procedimientos / protocolos adecuados ni de las medidas de seguridad necesarias. En el caso del Estado esto no es de recibo, sin embargo también opino que las organizaciones no son responsables de no estar preparadas para un escenario tan específico como este, si bien si deberían estar trabajando escenarios genéricos como “Indisponibilidad Personal / Pandemia”. Todo lo acontecido (decisiones que aumentan el riesgo de contagio de la población, ausencia de comunicación formal…) es un ejemplo claro de que cuando ocurre una crisis, o un escenario de desastre es vital gestionar correctamente la situación desde el inicio, desde la “toma de decisiones”, ya que son estas las que van a minimizar o magnificar la crisis en función de lo acertadas que sean. Está claro que la clave es decidir correctamente, pero para ello  las organizaciones deben preocuparse en primer lugar por definir un Plan de Gestión de Crisis adecuado, el cual sea interiorizado, comunicado y simulado en la organización y que permita gestionar la crisis acontecida desde la capa estratégica.

Determinar y poner en marcha una respuesta es un elemento clave para el éxito o fracaso de un programa de gestión de la Continuidad y el punto de partida para definir esta respuesta es el Plan de Gestión de Crisis, el cual ofrece un marco de acción que permite a una Organización  que la toma de decisiones y las directrices a ejecutar (planes operativos o estrategias de recuperación que deben activarse)  permitan conseguir una reacción eficiente ante cualquier contingencia. Este Plan establece el flujo de notificación y escalado de los incidentes hasta los niveles en los que existe “poder de decisión” y establece el momento y el papel  que debe jugar cada rol.



La estructura organizativa del Plan de Gestión de Crisis se define en tres ámbitos principales de actuación:
  •  Un nivel ejecutivo de valoración y toma de decisiones.
  •   Un nivel táctico de procedimientos, protocolos,  asignación de funciones, responsabilidades y grado de autoridad.
  •     Un nivel operativo de gestión de la emergencia y evaluación de la gravedad de la situación.


Por tanto, es muy importante tener en cuenta que una vez que se haya definido e interiorizado el Plan de Gestión de Crisis en la compañía, será cuando esta estará preparada para definir los Planes Operativos que incluyan protocolos específicos para abordar escenarios detallados de pandemia, de indisponibilidad de tecnología,  de indisponibilidad de proveedores… o incluso la activación de un Protocolo Corporativo ante Enfermedades Infecciosas.

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